El cannabis es una especie de planta que forma parte de la familia de plantas llamada Cannabaceae. Es mayormente conocida por las propiedades psicoactivas que se le atribuyen, aunque lleva siendo usada desde hace miles de años como complemento alimenticio, planta medicinal y como material base para todo tipo de productos textiles.

Dentro de la especie de cannabis existen distintas subespecies, cada una con sus características particulares. A día de hoy existen ciertas adopciones populares sobre el vocabulario alrededor del cannabis que pueden dificultar el entendimiento sobre su clasificación correcta. 

En primer lugar os explicaremos la clasificación que consideramos más correcta, aunque en el día a día no sea la más utilizada. 

El cannabis, fue clasificado, por primera vez, científicamente como Cannabis Sativa L. en el año 1753.  Si somos rigurosos, la palabra "Cáñamo" es simplemente la traducción de esta especie, pero popularmente y para diferenciar de manera más clara las propiedades de cada variedad, la palabra cáñamo ha tomado otro sentido que explicamos más adelante. 

Cannabis Sativa L.

Dentro de la especie Cannabis Sativa L. encontramos principalmente tres sub-especies. Recordemos que estamos aún explicando la clasificación más rigurosa, y seguramente te pueda sonar poco coherente con la clasificación que le damos en el día a día.

Cannabis Sativa L. Sativa

El Cannabis Sativa L. Sativa es la sub-especie que contiene una concentración menor de THC (menos de 0,2% THC), pero su contenido en CBD y otros cannabinoides no psicoactivos es alto, por lo que es el tipo de cannabis que normalmente se usa para extraer el aceite de CBD o para hacer la cosmética CBD. A día de hoy, esta variedad es también la más usada para producir las tan cotizadas flores de cbd, conocidas por su característico y potentes aromas, a las que se les atribuyen potenciales beneficios para la salud.

El bajo contenido en THC también hace que esta sub-especie sea la usada en la fabricación de alimentos y suplementos a base de sus semillas.

Aparte,  el Cannabis Sativa L. Sativa tiene gran cantidad de fibras, por lo que también es la más usada habitualmente para la fabricación de productos textiles, resistentes y además biodegradables

El Cannabis Sativa L. Sativa es lo que actualmente se llama "Cáñamo industrial", la variedad que legalmente se puede cultivar para los usos que hemos comentado, y si lo llevamos al vocabulario más popular, a esta variedad se la llama habitualmente "Cáñamo". De hecho, cuando encontramos "productos de cáñamo", nos referimos a los productos derivados de las semillas de esta variedad en concreto.

Como verás, el lenguaje y las traducciones han hecho que se dificulte el entendimiento y que encontremos incoherencias dependiendo de la fuente de información que usemos.

Cannabis Sativa L. Índica

El Cannabis Sativa L. Indica es la variedad que contiene más altas concentraciones de THC (más del 0,2%), y al igual que la anterior, también de CBD y otros cannabinoides. Esta sub-especie es la que habitualmente conocemos por su uso recreacional gracias a los efectos psicoactivos del THC, de hecho, en muchos países es ilegal su cultivo si no se tienen permisos supervisados estrictamente.

Las propiedades de esta variedad son muy altas, pero no suele ser la más usada para obtener el extracto de CBD, ya que su alto contenido en THC dificulta un poco más el filtrado, además de que su cultivo, como hemos comentado, no está tan permitido como el de su hermana Cannabis Sativa L. Sativa

Cannabis Sativa L. Ruderalis

Esta sub-especie es la menos conocida, ya que su contenido de THC no es tan alto como en la índica, pero tampoco es menor al 0,2% legal para poder producir con ella. Igualmente, sus rápidos ciclos de floración la han convertido en un buen apoyo genético para los cultivadores que crean híbridos con ella para aumentar la producción la planta.

Diferencia entre cáñamo y marihuana

Ahora que entendemos la clasificación más rigurosa del cannabis, podemos empezar a hablar de la nomenclatura que usamos de forma más popular para clasificar las variedades de cannabis. 

En primer lugar, cuando hablamos en el día a día de cáñamo,  nos referimos a cualquier variedad del cannabis que contenga menos de 0,2% de THC. El cáñamo se usa en la industria textil (por su alto contenido en fibra), y en la producción de alimentos a base de semilla de cáñamo. 

Además, el "cáñamo industrial", popularmente llamado cáñamo a secas, es la variedad que se usa para la extracción de los cannabinoides no psicoactivos que serán la base de la producción del famoso aceite de CBD o de la cosmética de CBD.

Cuando hablamos de marihuana, nos referimos coloquialmente a las variedades cannabis que contienen una alta concentración del cannabinoide psicoactivo THC.

Estas variedades, aunque tienen un alto potencial, habitualmente se enfrentan a fuertes restricciones a nivel de producción, ya que legalmente, las flores extraídas de ellas, son consideradas como estupefacientes en muchos países.

Diferencia entre marihuana sativa e índica

Como hemos visto, desde el punto de vista riguroso, la diferenciación entre cannabis sativa e índica se basa en tener más o menos de 0,2% de THC. Pero si nos referimos a la diferenciación entre marihuana sativa e índica desde un punto de vista recreativo, esto cambia. En el día a día, ambas variedades de marihuana sativa e índica contienen altos porcentajes de THC.

Antes de nada debemos saber que técnica y botánicamente hablando, la diferencia entre sativa e índica solo viene  dada por la forma de la planta y sus hojas, es decir, es una diferencia morfológica.

Con el paso del tiempo, y el gran número de cruces genéticos que se han creado para nutrir el mercado recreativo, se han consolidado popularmente ciertas diferencias entre sativa e índíca relacionadas con el efecto que producen y con la cantidad de THC y CBD que contienen. 

Esta diferenciación permite al productor y al usuario medio diferenciar fácilmente el tipo de mariihuana según el efecto que producen y la proporción de THC y CBD que contienen. 

NOTA: Aunque se le atribuyen ciertas proporciones y efectos a cada tipo de marihuana sativa o índica, la realidad es que esto solo se puede confirmar al 100% a través de un informe de laboratorio específico de cada a genética en particular, y no simplemente por ser parte de la familia sativa o índica.

A continuación veamos cuáles son los efectos y características atribuidos a estas dos familias de marihuana.

Marihuana Sativa

La marihuana sativa es conocida por su alta proporción de THC y CBN, los dos principales ingredientes psicoactivos del cannabis. Se dice que los posibles efectos de la sativa son edificantes, te permiten sacar tu lado creativo y podrían ser estimulantes enérgicamente hablando.

La sativa procede de regiones tropicales, posiblemente de África y Sudamérica. Por eso es capaz de soportar una importante exposición a la luz solar, por lo que se necesita más luz para el cultivo de Sativa que para el de Índica.

Las hojas del Cannabis Sativa son largas, delicadas y estrechas, y teniendo en cuenta su potencial de altura, son perfectas para el cultivo en exterior.  Las semillas son suaves al tacto, sin manchas ni marcas en ellas. Su perfil de terpenoides hace que su olor sea dulce y herbal.

Suele tener una fase de floración más larga, que oscila entre diez y doce semanas antes de que el cultivador pueda cosechar, y produce menos cogollos que la Indica. Sin embargo, hay variedades de Sativa que pueden tardar hasta dieciséis semanas en florecer completamente y madurar. Para poder iniciar la etapa de floración, se necesita luz aproximadamente 12 horas al día.

Marihuana Índica

El contenido de CBD en la marihuana índica es mayor que en la sativa, y el THC menor, por lo que se le atribuyen potenciales efectos más relajantes que los que produce la sativa.

Podría ayudar a controlar el dolor y reducir las náuseas causadas por ciertas enfermedades. También podría destacar por sus efectos anticonvulsivos, relajantes y ayudar a aumentar el apetito.

La marihuana índica tiene un tamaño más pequeño que la sativa (uno a dos metros), son fornidas con una vegetación tupida. Sus hojas son mucho más anchas y redondas. Al ser una planta corta, es perfecta para el cultivo de interior.

Mientras que la sativa tarda en florecer, la índica florece mucho más rápido y se puede influir en ella mucho más fácilmente ajustando el ciclo de luz para promover esta fase.

Conclusión

Una vez entendidas las diferentes clasificaciones, debemos entender que dependiendo con quien hablemos, puede que esté usando una nomenclatura más rigurosa, o una más popular, pero básicamente debemos quedarnos con que la gran diferencia está en las concentraciones de THC y otros cannabinoides que contengan las variedades del cannabis.

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